Las muelas del juicio. ¿Un problema?
Las muelas del juicio, conocidas también como tercer molar o cordales, son un vestigio de cuando el ser humano necesitaba masticar follaje duro o carne cruda, y así facilitar una mejor digestión de la celulosa de las plantas y de los nutrientes. En ese entonces, había espacio para ellas, pero conforme la dieta fue variando durante la evolución y haciéndose más blanda, la mandíbula se fue haciendo a su vez cada vez más corta, hasta el día de hoy, en que no hay sitio para ellas ni ninguna utilidad. Dos tercios de la población presenta problemas con las muelas del juicio, por lo que su extracción es un procedimiento odontológico habitual conocido como exodoncia.
Suelen aparecer entre los 16 y 25 años, edad en la que se consideraba que la gente alcanzaba mayor sabiduría o “juicio”, a diferencia del surgimiento de los primeros dientes. A falta del espacio con que contaban nuestros ancestros, causan dolor, daños en el segundo molar y empujan el resto de la dentadura. Asimismo, pueden dar cabida al surgimiento de caries, puesto que si los dientes se encuentran demasiado juntos en la boca se vuelven más difíciles de limpiar. También, las muelas del juicio suelen ocasionar problemas en las encías, en especial si crecen en el ángulo equivocado.
Eso, si es que llegan a salir. Si lo hacen sólo parcialmente o no lo hacen del todo, pueden causar una condición dolorosa llamada pericoronaritis, en la cual los alimentos se pueden acumular bajo el tejido inflamado donde la muela intenta surgir y causar una infección. Si la pieza dental no logra salir por completo, puede volverse quística y destruir el hueso.
Las muelas del juicio inferiores son las que suelen dar más problemas, sin embargo, no afectan el oído o la articulación de la mandíbula, como muchas veces se acostumbra creer. Lo que sucede es que el área cerebral que recibe las sensaciones relacionadas con la aparición de las muelas del juicio es la encargada también de recibir las del oído.
También es un mito que las muelas del juicio deban ser extraídas siempre. Si bien es cierto que este es punto de vista que aún se debate, ninguna cirugía es inofensiva y a menos que en realidad puedan ocasionar problemas o lo estén haciendo ya, no es recomendable pasar por un procedimiento innecesario.
Tampoco se recomienda extraer las muelas del juicio en paciente mayores de 30 años, ya que a esa edad las mandíbulas y las raíces han alcanzado su desarrollo pleno y la operación es aun más complicada.
En todo caso, con la supervisión de tu cirujano oral y la correcta medicación compuesta por antiinflamatorios y analgésicos, la recuperación suele ser rápida y podrás seguir luciendo tu sonrisa sin dolor.