TDAH. La hiperactividad infantil.
Antes escuchábamos la frase “mi niño es hiperactivo”, ahora escuchamos “mi niño tiene TDAH”, bien, ¿son estos el mismo fenómeno? ¿Supone esto que todos los niños inquietos o que no les gusta estudiar tienen TDAH?
Vamos a empezar haciendo algunas aclaraciones, las siglas TDAH se corresponden con los términos Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, por lo tanto, sí, cuando hablamos de TDAH y de hiperactividad estamos hablando del mismo fenómeno, este segundo, simplemente es una abreviación del primero.
El TDAH se caracteriza por una distracción moderada a grave, períodos de atención breve, inquietud motora, inestabilidad emocional y conductas impulsivas. Ahora bien, nos encontramos con padres que después de que sus hijos tengan una rabieta o no paren de corretear por casa junando, ya les ponen la etiqueta de “niños hiperactivos”.
El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-LV-TR), especifica de forma muy concreta, que para poder realizar el diagnóstico de TDAH se deben de cumplir al menos 6 de los síntomas designados en cada una las categorías de desatención, hiperactividad e impulsividad durante un período de 6 meses con una intensidad desadaptativa en relación al nivel de desarrollo del niño. A más a más, hace falta revisar otros criterios no relacionados directamente en estas categorías, como por ejemplo, la edad de cada niño o pruebas de un deterioro clínicamente significativo de la actividad social o académica.
Como pueden ver, el DSM-IV-TR no deja una definición sencilla sobre este trastorno, por lo que hay que tener sumo cuidado con la utilización de estas etiquetas, ya que podemos estar favoreciendo la conducta inquieta del niño si le ayudamos a creérselo, por lo tanto, como recomendación, aunque su hijo tenga un diagnóstico de TDAH especificado por su psicólogo o psiquiatra, no abuse de la etiqueta cada vez que le regañe o que el niño realice alguna conducta no deseable.
Más bien se recomienda hablar con el niño con sinceridad en un momento tranquilo para ayudarle a entender algunas de sus conductas. Piense que muchos niños y niñas con TDAH desarrollan afecto negativo, como culpabilidad o baja autoestima debido a las constantes correcciones de los adultos sobre muchos de sus comportamientos incontrolables, así que ayudarle a entender de una forma más precisa su diagnóstico y las consecuencias que se pueden derivar en su día a día, le pueden ayudar a encontrar formas adaptativas para que su hijo se sienta mejor.
El TDAH y la hiperactividad son conceptos de los cuales cada vez se habla más, y no tan solo en niños, cada vez más adultos se diagnostican de este trastorno, por lo que realizar un diagnóstico adecuado y preciso, comprendiendo así el verdadero origen de nuestras conductas, puede ayudarnos a vivir mejor nuestro día a día.
Yaiza Leal (psicóloga)