La Telemedicina en la Enfermedad de Parkinson
¿Cómo podemos mejorar la asistencia en la Enfermedad de Parkinson?.
Hoy en día podemos hacer casi cualquier cosa presionando un botón en un smartphone o utilizando cualquier dispositivo móvil, desde la lectura de un libro a la compra de un billete de avión. ¿Por qué no podemos hacer lo mismo con la atención de la salud de los pacientes? ¿Porqué tenemos que conducir miles de kilómetros y esperar horas para ver a un determinado médico? ¿Porqué es imprescindible que vivamos en una zona urbana para acceder a la atención médica especializada?
La Telemedicina pretende mejorar el cuidado y tratamiento de la enfermedad de Parkinson.
Mediante una videoconferencia y a través de una plataforma web se puede proporcionar una “consulta virtual a domicilio» a los pacientes de Parkinson para que puedan realizar las pruebas y ejercicios online (desde casa o desde un centro de mayores) de su terapia psicológica, fisioterapia y logopedia con el propósito de mejorar o mantener su condición.
El acceso a la atención neurológica de la enfermedad de Parkinson se encuentra limitado por varios factores: por la distancia (muchos de estos pacientes viven alejados de centros de atención especializada), por la propia discapacidad de los pacientes y por la escasa distribución geográfica de los médicos. Con la Telemedicina se quiere ofrecer una atención directa a los pacientes en sus hogares.
La Telemedicina no está destinada a sustituir, sino más bien a complementar la atención médica en persona. La calidad del examen físico es mejor en persona, pero una vez que se hace un diagnóstico, gran parte de la atención puede centrarse en las necesidades del paciente con la enfermedad de Parkinson.
Sin embargo, hoy en día contamos con ciertas barreras que impiden que la Telemedicina sea una realidad en todos los países. Por un lado están las licenciaturas médicas; un médico solo podrá realizar su actividad médica si cuenta con la licencia del país o estado donde el paciente se encuentre físicamente en el momento en que son prestados los servicios. Por ejemplo, un paciente de Alabama en Estados Unidos puede ir a visitar a un doctor a su clínica en Florida, pero el doctor no podrá ver al mismo paciente en su casa en Alabama.
Por otro lado están los seguros médicos que, en muchos países, no pagarán a un medico por realizar una “consulta virtual” a domicilio. Sin embargo, en Canadá, donde sí se reembolsa la Telemedicina, su uso es tan común que ni siquiera es noticia.
Con el tiempo, estas barreras irán desapareciendo y el cambio no vendrá precisamente de parte de los médicos, sino más bien de los propios pacientes que demandarán cada vez más servicios que satisfagan sus necesidades en lugar de aceptar una realidad que no se centra en ellos.
Este mismo modelo se podrá también aplicar a otras enfermedades como el Autismo, la Diabetes o el Lupus.
Lourdes Alvarez Menendez